jueves, 14 de julio de 2011


8
“Ariel y su pez mágico.”

John estaba al borde de un ataque emocional. Odiaba que Amy fuera su única compañía, odiaba haberse peleado con sus amigos, odiaba haber sido tan estúpido… haber dejado ir a Rooney. Se maldecía por no haberle dicho cuanto la amaba antes… se odiaba a sí mismo por haber besado a Amy... es que… fue un impulso, no lo pudo controlar. Ella estaba tan cerca, y en ese momento sentía tanta vergüenza y odio hacia Rooney y Trace.
Rooney era todo lo contrario. Estaba más que bien. Sentía que no necesitaba a ningún chico para vivir. Dedicaba todo el día exclusivamente a sí misma, y no pensaba en nadie más.
El jueves se hallaban en la hora de teatro. Se había implementado este espacio curricular en reemplazo de Artes, luego del incidente con la profesora. Sin embargo, era peor el remedio que la enfermedad. Tenían una profesora el triple de chiflada, que idolatraba las artes y a todo artista que hubiera muerto hace más de doscientos años. A veces se quedaba pensando. Tanto, que se ganó el apodo de “estatua” ya que se quedaba dura como el hielo mientras reflexionaba.
Estatua estaba preparando una obra de fin de curso. Las audiciones eran ese mismo día. Las dos divisiones, esperaban afuera del auditorio. El jurado, estaría compuesto por tres personas: Estatua, el director, y la sub-directora.
__Esto es una ridiculez __Decía George__ Díganme, ¿A quién rayos le importa un estúpida obra?
__A Estatua __Contestó Trace.
Lucy rió.
__Pobre mujer. ¿Qué hizo para que la llamen así?
__Yo te diré… __Comenzó George.
Pero fue interrumpido por la profesora, que se asomó por la puerta para pedir silencio.
__Alumnos… __Dijo mirando hacia un punto indefinido __A continuación les repartiré unas líneas que son las que representarán en el auditorio y a partir de eso elegiré sus personajes. Aprovecho para comunicarles, que ya tenemos decidido cuál será la obra de fin de curso. Alumnos, este año tendremos el honor de exponer… ¡La sirenita!
George contuvo una carcajada. Trace lo pateó.
__¿Le causa alguna risa, señor Dunnington? __Le dijo la profesora a George dirigiéndole una mirada asesina.
__No… claro que no, profesora __Balbuceó.
La estatua meneó la cabeza.
__La Sirenita es un elogio al arte, una magnífica obra de Hans Cristian Andersen, uno de los mejores escritores infantiles que ha habido en la historia del hombre. Ustedes, que son jóvenes, deberían leer más libros en vez de ver esas basuras de películas comerciales… ¿Me entienden? Muy bien, ahora practiquen el libreto. Iremos llamando por apellidos.
Todos se encimaron para obtener un libreto. George se estiró, consiguió cuatro, y los repartió con sus amigos.
__¿”¡Oh! ¡Cuánto me gustaría salir a la superficie”? ¿Pero qué es esta basura? __Dijo Trace pensando en voz alta mientras leía y releía el libreto.
__No es tan malo __Dijo Rooney tratando de levantar el ánimo.
__¿Por qué querría una sirena que lo tiene todo, arruinar su vida saliendo a la superficie de este podrido mundo? __Cuestionó George.
__¿Por qué no le preguntas a ella? __Le contestó Lucy.
__Las sirenas ni siquiera existen __Acotó Trace.
__Vamos chicos, ensayemos. __Los reprendía Rooney.
__Esta bien __Aceptó Lucy__ Pero creo que no es grupal. Cada uno hará la audición solo, asique debemos estudiarlo cada uno por su cuenta.
Y así, se la pasaron cada uno por su lado, repitiendo como loros las tres hojas de texto “prueba” que les había dado la profesora. Empezaron a llamar de a uno. Pasaron por todos, hasta que sólo quedaba Lucy. Su apellido era Zager, por lo tanto era una de las últimas. Quedaban ella y Luke, otro chico de su curso que era un actor nato. Esto era una ventaja, ya que podían practicar juntos. A su lado estaba Amy, que iba un lugar delante de ella en la lista. Lucy evitaba mirarla.
De repente, las dos chicas que acompañaban siempre a Amy, aparecieron por la puerta que estaba detrás del auditorio. Se quedaron charlando con ella, y chequeando mensajes en esos celulares enormes y ostentosos que tenían. Todo eso hasta que Lucy, mientras que ensayaba, pudo oír fuerte y claro, que entre risitas, la miraban y comentaban:
__Apuesto a que le darán el papel de molusco.
__¿De molusco? No sabe ni actuar __Reía Amy, y al ver que Lucy la estaba observando, le dijo__ ¿No lo crees Zager? ¿O crees que te quedaría mejor de coral?
Lucy apretó los puños.
__No creo que el den un papel de sirena. Luke tiene ganado el de el amante, y no querrá besarla jamás.
Lucy apretó nuevamente los puños y los dientes.
__¿No dirás nada? __Le preguntó Amy riendo. A continuación, la miró de arriba abajo, y con un gesto que era una mezcla de asco y risa, le dijo a sus amigas __Vamos chicas, no quiero quedarme aquí a verla llorando como un bebé en cuanto salga del auditorio. Si ni siquiera se animaría a hacer una escena de beso.
Las risas de las chicas resonaban en la cabeza de Lucy como instrumentos musicales. La bronca estaba llegando a su tope… y casi sin pensarlo, puso ambas manos en la cabeza de Luke y con bronca, le dio un beso que lo dejó sin aire.
Amy, sus amigas y el chico se quedaron con la boca abierta. Las brujas, sorprendidas y comentando entre ellas, se fueron. Y Luke sólo la miró y le dijo.
__Eres una gran actriz. Yo nunca podría hacer una escena de beso tan bien.
Una vez que se fue Luke, llamaron a Lucy. Esta entró decidida a ganarse un papel. No sería más la niña tímida. Les demostraría a Amy y a todos lo que ella podía hacer en verdad.

● ● ● ●
Amy, por su parte, salió de la sala riéndose con sus amigas. Se quedaron charlando un poco más y luego se despidieron. Se fue por el pasillo, pero no con intenciones de irse de la escuela. Todavía tenía que hacer otra cosa.
Fue derecho hasta el estacionamiento. Allí estaba Trace parado, justo como ella lo supuso.
__¿Qué haces aquí? __Le preguntó el chico mirándola.
__ Vine a mostrarte algo.
__No quiere ver nada __Le dijo Trace de inmediato, pero Amy lo agarró de la manga.
__Sólo espera un minuto. Tengo que enseñártelo.
Trace suspiró.
__Está bien.
Amy sacó su teléfono de su cartera y apretando una tecla, se lo dio al chico. Apenas fijó la vista en la pantalla Trace no pudo creer lo que vio. Una vez que se pellizcó unas cuantas veces, la bronca se apoderó de él.

● ● ● ●

Era viernes por la tarde, los chicos habían acordado encontrarse en un club abandonado a las tres para practicar skate. Era cerca del colegio. No suena muy higiénico o lujoso si lo decimos así, pero una pileta de natación sin agua resultaba ideal para practicar el deporte. Además, a psear de ser una ciudad grande, no había muchos centros para realizarlo.
Trace estaba en la vereda, reparando su patineta. Faltaban dos minutos para las tres. De pronto sonó el teléfono. Abandonó sus labores y fue a atender. Muy tarde: su hermanita le había ganado de mano. Estaba por regresar a la vereda, cuando la pequeña lo tiró de la remera, y le dijo con el tubo en la mano:
__Es para ti.
El chico se lo puso en la oreja y preguntó:
__¿Quién es?
__ Es John.
Trace se sorprendió tanto, que casi se come el aparato. ¿John? ¡¿¡John!?! ¿Pero si estaban peleados…? ¿Si no se hablaban desde…?
A John no le parecía menos extraña la llamada. Había sido una decisión que había tomado un día atrás, cuando estaba en su cuarto, pensando en lo miserable que era su vida. No tenía amigos, sólo una estúpida que quería ser su novia. Pero en ese momento, recapacitó que él era humano, y también cometía errores. Y sus amigos no podían ser así, lo tenían que disculpar. Así fue como, de repente, un rayo de neón lo inspiró para tomar la repentina decisión de pedirles explicaciones a sus amigos. Después de todo, el tenía derecho a saber por qué no merecía ser disculpado.
__¡John!… yo… Qué sorpresa…
__Sí, yo tampoco me lo esperaba. Es que, lo estuve pensando… y necesito hablar con ustedes.
__ ¡Espera! ¿Por qué no se lo dices tú mismo a los chicos, ahora mismo?
__Yo… bueno, está bien.
__Te veo en el camping abandonado a media manzana de la escuela. No olvides llevar casco.
__De acuerdo.
Todo eso fue repentino, como de un solo tirón. La mente de Trace se ponía en funcionamiento, y se sentía feliz. Esperaba que sus amigos lo disculpen, así podían estar todos juntos de una vez. Si no, ya vería que hacer. Intermediaría, presionaría pero el grupo volvería a estar junto, sí o sí.
A las tres, salió de su casa y fue directo a aquel lugar. Allí lo esperaban Rooney y Lucy, que estaban sentadas en un bloque de cemento, hablando.
Las saludó a ambas.
__Ya era hora, ¿A dónde estabas? __Le preguntó Rooney.
__Tuve una llamada inesperada. De John.
Lucy y Rooney se miraron inmediatamente.
__ ¿Y… que quería? __Le preguntó Lucy con voz quebradiza
__ Ya lo verán ustedes mismas. ¿Y George? __Trace cambió de tema de repente.
__Allí viene __Les señaló Rooney.
George los saludó, pero antes de ponerse a practicar, Trace le pidió platicar a solas. Rooney y Lucy se calzaron sus rodilleras y cascos, y comenzaron. Hacían acrobacias y reían juntas.
__ ¿Qué querías hablar? __Le preguntó John una vez que estaban lejos.
__ Me llamó John __Trace no quería dar más vueltas. Fue al grano.
George lo miró sorprendido y luego desvió su mirada hacia el suelo.
__ ¿Qué te dijo?
__ Vendrá. No les dije a las chicas para qué. Pero si te lo diré a ti. Pienso que quiere pedirnos disculpas.
George se quedó mirando al suelo.
__ ¿Y todavía piensa que lo vamos a disculpar?
__ Vamos George, está solo. Además no sabemos qué le dijo Amy ese día. Tal vez le llenó la cabeza, o lo amenazó.
__No trates de apañarlo. Pero está bien, sabes, el fue mi amigo desde hace muchísimo. Y lo extraño. No digo que lo estoy perdonando. __Se notaba que George todavía le tenía muchísima bronca. __Pero piensa en lo que le hizo a Rooney. ¿Crees que es un capricho mío? ¿Crees que no lo disculpo por orgullo? Me encantaría disculparlo, de veras me encantaría, pero nos dio un puñal por la espalda a todos. Por un estúpido impulso.
__Pero al menos escúchalo, tal vez las cosas no fueron como piensas…
__No lo sé… yo…
__Allí viene. __Le dijo Trace.
George se dio vuelta y vio a John cruzando la calle. Caminaba mirando sus pies, y tenía su capucha puesta. Pisó la vereda, y se detuvo.
Lucy lo miró y se le heló la sangre. Rooney seguía riendo, hasta que su amiga la tiró por la remera y le señaló a John. Las dos se quedaron atónitas, mirándolo.
George fue derecho hacia él, seguido por Trace.
__ ¿Qué quieres? __Preguntó decididamente
__ Hablar. __Le contestó John con un poco de miedo a la reacción de su amigo.
__Lo hubieras pensado antes __Le contestó Rooney, para sorpresa de todos.
__ ¿Antes? ¿Cuándo? Si me ignoraron todo el mes…
__¿¡Todo el mes!? ¿¡¡Asique te ignoramos todo el mes!!? __Rooney se liberó de los brazos de Lucy __ ¡Una semana! ¡Una semana sin salir de casa, pegada al teléfono con la expectativa de que me llamaras! ¡Una semana, esperando una señal tuya, un algo! ¡Y nada, nada! ¡Ni siquiera me saludabas! ¡Andabas todo el tiempo con Amy!
__Rooney, basta. Vinimos para arreglar las cosas, no para pelear __Le dijo Trace.
__Eres uno de mis mejores amigos, John __Dijo Rooney de repente __Yo te disculparía todo, siempre.
Los chicos tampoco esperaban aquella reacción por parte de Rooney. La verdad es que ninguno sabía bien qué hacer ahora. Por suerte, fue Lucy la que rompió el hielo con su característica practicidad:
__ ¡Comité! __Gritó llevándose a todos apartados, excepto a John, y obligándolos a tomar aquella posición que usan los equipos deportivos para planear sus jugadas.
__Ya nos pidió perdón. Pero no podemos acceder tan rápido __Susurró Lucy.
__Oye __Rió Trace__ Creí que lo del comité era sólo algo nuestro de la infancia, pero de eso a usarlo ahora, con dieciséis años…
__Devuélvanla a Lucy al jardín de infantes, por favor __Acotó George.
__Esperen tontos __Les dijo Rooney__ Yo digo que lo que tenemos que hacer


__Yo… creo que todo esto es una tremenda tontería __Le dijo George __
George lo abrazó.
Todas las miradas se centraron Rooney. La chica lo seguía mirando con odio. Trace les hizo señas a Lucy y a George. Los dejaron solos.
__Sabes que nunca quise herirte __Le dijo John.
Rooney sollozó.
__El primer día que nos conocimos, en el jardín de niños, todas estaban fascinadas contigo. Eras el chico de ojos claros más lindo, todos morían por ti. Hasta incluso los profesores te amaban. Un día me hablaste. Yo estaba sola. Tú y George iluminaron ese día y todos los que siguieron. Con sus ocurrencias, los juego más locos. En una ocasión casi pierdo un diente por su culpa __John se rió__ Ahora crecimos, y todos siguen muriendo por ti. Pero sabes, desde ese día en el jardín de niños, desde la primera vez que me hablaste, me tomaste la mano y me invitaron a jugar… desde ese día no hubo una noche en la que no piense en ti.
Rooney sollozó.
__Si George se enojó así contigo… fue porque tiene miedo de volver a verme sola. Si yo me enojé contigo, también fue por eso. Además de los tremendos celos que me hiciste sentir. Fui muy egoísta. Lo siento.
Estaba oscureciendo. John no sabía qué hacer. Tenía tan poco tacto en esos casos… Por suerte, Rooney lo salvó.
__Me tengo que ir. Pero sólo para que lo sepas, ya tienes mi perdón __Le dijo Rooney e hizo media sonrisa.
John se quedó parado allí sin saber qué rayos hacer. Volvió a su casa, con una sensación extraña en su estómago. No sabía si estaba contento o triste.
● ● ● ●
__ ¿Crees que arreglarán las cosas? __Le preguntó Lucy a Trace mientras volvían cada uno a su casa.
__Tal vez __Le contestó Trace __Pero creo que es nuestro turno de arreglar las cosas.
Lucy se quedó mirándolo atónita.
__ ¿Qué…? ¿Qué pasa Trace?
El chico suspiró. Tenía que hacerlo. La verdad es que odiaba estar ahí, parado en una vereda oscura y mojada, frente a una plaza y con un poste de luz que iluminaba la preocupada y triste cara de Lucy. Odiaba verla así.
__Las cosas entre nosotros no están funcionando últimamente __Le dijo por fin. Miró para abajo. Nunca se imaginó haciendo eso, abandonado a la mujer que lo hizo más feliz en toda su vida. La única, la más linda. Daría su vida porque verla feliz. Pero lamentablemente, ella no haría lo mismo. Lucy le tomó la mano, pero el chico se la quitó.
__Basta __Le dijo__ Ya basta de esto. No podemos seguir así y lo sabes.
__ ¿Qué? ¿De qué hablas? __Lucy estaba a punto de ponerse a llorar. No entendía nada.
__¿Por qué no le preguntas a Luke? __Le contestó Trace sin atreverse a mirarla.
De repente, un balde de agua fría cayó sobre Lucy. Se había olvidado completamente de eso y creía que Trace nunca lo sabría. Ahora se sentía horrible, se odiaba. Una lágrima comenzó a caer de su mejilla.
__Trace… lo siento…
__¿Qué no entiendes? __Le dijo este acercándose a la chica hasta estar a unos quince centímetros de distancia. A continuación empezó a bajar el volumen de voz__ ¿Cómo… cómo confiar en ti? ¿Cómo no saber que lo vas a volver a hacer…?
Lucy no sabía que decir. Lo único que tenía ganas de hacer era dejar de existir. Se odiaba, odiaba el destino. Pero ¿Quién era ella para quitarse la vida? Sólo podía llorar…
__No llores más __Le dijo Trace__ No sirve de nada.
__No lo puedo evitar… yo…
__Lo nuestro se acabó __Le dijo Trace y luego de observarla por un rato, se fue.
Y ahora, eran dos los que se quedaron solos pensando en un amor. Lucy y John.
Lucy no quería ver el sol asomarse otra vez por su ventana. No sabía que podía pasar en adelante, pero no quería que pase nada si no era con Trace. Acababa de arruinarlo todo. Comenzó a llorar más fuerte, y se desvió de camino hacia su casa.
Fue hasta el lago del puerto, que estaba a unas pocas cuadras de allí. Al llegar, el agua estaba movida e inestable. Se apoyó en la baranda a contemplarla. Empezó a llorar aún más. No podía hacerlo. Pero lo iba a hacer, lo debía hacer. Poco a poco, se fue trepando por los hierros, hasta que quedó colgada del otro lado de la baranda. Tomó aire. Pero no pudo. Lloró aún más. Hasta que en ese momento alguien le tocó la espalda.
__No lo hagas.
Volteó su cabeza y se encontró con Trace nuevamente.
__Ven, ven a dar un paseo conmigo __Le dijo tendiéndole la mano.
Lucy estaba por decirle que no, que nada valía ya, que su vida no tenía sentido y estaba muy cansada. Pero algo en los ojos del chico hizo que le tomara la mano y dejara que la ayudara a bajar….
Iban caminando por calle juntos, en silencio, como si las palabras verdaderamente no fueran necesarias entre ellos. No había nada que hablar. La muerte misma fue la que casi se llevó a Lucy aquella noche y la que los estaba conduciendo en tal silencio de un coche fúnebre hacia sus casas.
Cuando estaban llegando a su hogar, Lucy lo detuvo.
__Por favor, dime que esto es sólo un mal sueño.
__Lo siento, pero apuesto a que no __Le dijo Trace evadiéndola.
__Por favor, dímelo Trace, dime que todo esto es una pesadilla y despertaré…y volveremos a estar juntos __Le decía la chica suplicante.
Trace la retenía agarrándola de sus brazos mientras la miraba a los ojos.
__ ¡¿No puedes aceptar tu presente dejando de revolver en tu pasado?!
__No, no, no…. __Sollozaba Lucy.
__¡Por que no te haces un poco mayor y dejas de depender de los otros! ¡Primero de tu madre, luego de Rooney, ahora de mí! ¡Algún día vas a tener que aprender a no vivir más que por ti!
Trace la acompañó hasta su puerta.
__Por favor… no me dejes…
__Lo siento mucho, pero no puedes seguir viviendo por mí __Le dijo soltándola. La miró por última vez y pego la vuelta.
Lucy lo miró por un segundo, y luego entró a su casa llorosa.
Trace y Lucy no se hablaron más. Ni siquiera en la escuela. La mirada de cada uno quemaba al otro. Lucy no tenía el valor de siquiera dirigirle una palabra.
Pero todo eso cambió aquel lunes de invierno por. Estaban almorzando en uno de los patios de piedra que tenía el colegio.
__Los Rogers son los mejores. Apuesto a que van a ganar el Hamilton de oro __Le decía John a George.
__ ¿Que los Rogers qué? __Dijo sentándose con su bandeja Rooney, junto con Lucy.
__ Los Rogers no ganarían ni un torneo de verano. __Le dijo George descreído.
__ Tenemos los mejores jugadores.
__¿Qué es el “Hamilton”?__Preguntó Lucy.
__ El torneo más importante. Es algo así como un mundial en el colegio. Por eso lleva el nombre del fundador.
__ ¿Podrían hablar de otra cosa que no sea soccer? __Preguntó Rooney molesta.
__No __Respondieron los tres chicos de la mesa al unísono. Al ver la coincidencia rieron.
Los chicos siguieron hablando y riendo, hasta que Lucy se paró de la mesa.
__Me debo ir _Les dijo.
__¿Segura que no te quieres quedar….?
__No tengo hambre.
Y dicho esto, salió corriendo.
__ ¿Crees que sigue mal? __Le preguntó Trace a Rooney.
__ No. Pero, ¿Por qué no hablas con ella?
Trace siguió mirándola.
__Tienes razón.
Y así, el chico se paró, y empezó a buscarla. Y la halló. Lucy estaba haciendo sus tareas en una colina que estaba en el jardín del colegio. El sol la calentaba. En ese momento, lo vio acercársele a lo lejos. No hizo nada. El chico se quedó enfrente de ella. Tan solo observándola.
Pero de repente le dirigió una sonrisa.
__Sé que las cosas entre nosotros fueron horribles hace unas semanas. Pero aquí hay un amigo. Si todavía lo quieres.
Lucy lo miró y le sonrió. Se paró y lo abrazó. Allí estaba su amigo. Su increíble amigo.

● ● ● ●
Después del almuerzo, tenían clases de teatro. Y la tortura comenzaba de nuevo. Les asignarían sus personajes. No es que a los alumnos les preocupara esto: la profesora era la insoportable. Estatua estaba cada día más histérica. A veces hasta extrañaban a su profesora de arte, por más chiflada que haya estado. Al menos se podían dormir en esa clase.
__Muy bien alumnos, hora de darles a cada uno su papel __Decía Estatua pidiendo orden mientras aplaudía.
Los papeles, no eran los que la mayoría de la gente consideraría normales para esta obra, pues harían la original, no la versión película. Esta se titulaba Ariel, de Cristian Hans Andersen y tenía infinidades de personajes inesperados. Además, la obra era un tanto más dramática que la versión conocida.
__Aquí están __Dijo la profesora pegando en la pared una hoja __ Aquí están los papeles. Asique si podrían formar una ordenada fila…
Nadie la escuchó. Todos se encimaron sobre el afiche.
Ariel, de Hans Cristian Andersen.
Interpretada por la clase cinco de cuarto año.
Papeles de personajes femeninos:
Ariel: Casey Tyson
Amante de príncipe: Lucille Zager
Hermanas:
Hermana uno: Rooney Melanie Seewood
Hermana dos: Haruka Katsura
Hermana tres: Amber McDowell
Hermana cinco: Rachel Simpson
Hechicera: Amanda Douglas
Abuela: Diana Owen
Hadas del aire:
Hada uno: Clarisse Brewster
Hada dos: Ellen Ossey
Hada tres: Emily Morton
Damas en la playa: Melanie Hudson
¡¿Habían leído bien?! Sí, Hermana seis: Amanda Douglas. Lo que significaba una cosa: Amy había quedado de papel secundario, lo que conociéndola, no era recomendable. La chica era capaz de hacer cualquier cosa por tener el papel principal: retrasar toda la obra, sabotearla o incluso persuadir a la profesora. Pero primero se venía el escándalo. Ya lo sabían.
__ ¡Por favor, profesora! ¡Usted y yo sabemos que soy la indicada para interpretar a Ariel! __Le gritaba la chica a Estatua aturdiéndola__ Por favor, dígame en qué falle.
__ Amanda, elegí a los personajes según me pareció. Por favor deja de hacer escándalo o me veré obligada a quitarte de la obra. __Estatua se estaba poniendo histérica.
__Pero profesora… comete un grave error…
__Fin del tema, Amanda __Le gritó la profesora.
Igualmente, los chicos tenían que admitir que la intérprete de Ariel, Casey Tyson, era realmente muy bella. Era rojiza, pelirroja, y con muchas pecas. Además era graciosa y discreta. Era muy tímida pero cuando actuaba, lo hacía genial. Les caía bien a todos, especialmente a Rooney, ya que le veía un aire muy parecido al de William.
La obra transcurrió, siguiendo su curso a través de los fríos y nevados días que invadían Montreal. Diciembre ya iba por la mitad y debido a la intensa nevada y a que las fiestas se estaban acercando, las clases se habían suspendido.

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