jueves, 14 de julio de 2011

5
“¿Cuál es tu peor miedo?”


Algunos le temen al odio, otros a la ira. Otros le temen a los fantasmas, monstruos y mitos. Incluso varios afirman no temerle a nada. Pero hay un miedo que es seguro e irreprochable; la muerte. Es que es natural asustarse, y más de lo desconocido. Pero para Rooney la muerte no era algo desconocido. Era muy cercana a ella.
William no volvió a sonreír. Ni ese día, ni el siguiente, ni el que vino. Ni un ruido, ni siquiera una sombra pudo volver a reflejarse en el jamás. Un adiós no brotaba en el corazón de nadie. Todos sentían culpa. Rooney sentía más culpa que todos. Si el sida no había acabado con él, fue el disparo del asaltante la gota que rebalsó el vaso. El día de su funeral, solo fue una reducida cantidad de personas. En el diario local, curiosamente, nadie prestó atención al pequeño recuadro que anunciaba el asesinato de un adolescente.
Entró a la sala de velatorios, sintiendo que su mundo se caía poco a poco. Abrió las puertas y siguió por el pasillo. Se encontró con un huésped muy conocido y odiado. Y no entendía porque siempre lo tenía que recibir ella. La muerte nunca le pedía permiso para entrar.
Se acercó al cajón. No había palabras para describir a su amigo en ese momento. Estaba tan solo… muerto. Sin vida. Dormido, hipnotizado por el perfume de unas pocas rosas que alguien había puesto a su lado. No volvería a abrazarlo. No volvería a escucharlo. Las lágrimas empezaron a rodar en sus mejillas. Era… horrible. Sintió el impulso de irse, y fue retrocediendo, hasta que cayó en un asiento. Había una anciana a su lado.
__Hola __Le dijo la mujer.
__Hola __Le dijo Rooney mientras se secaba las lágrimas con el puño de su campera __No quisiera ser descortés, pero ¿Quién es usted?
La mujer le sonrió y señaló a William;
__Es mi nieto __Le dijo.
__Lo siento mucho. __Respondió llorosa.
__Lo siento más. No sé que voy a hacer ahora. Él era el único que me llamaba de vez en cuando __Le dijo la mujer mientras se pasaba un pañuelo blanco por la cara.
__¿Y qué hay de su hija?
__¿Mi hija? __Rió la señora ___Nunca me habla. Se escapó de casa a los 17. Me enteré que tenía un nieto dos años después de que nació. Mi hija tuvo… problemas con muchas cosas. El alcohol, las drogas. Y los sigue teniendo __La mujer hizo una pausa para sollozar __Mi nieto no se merecía todo esto… él era tan distinto… si tan solo pudiera haber hecho algo por él… tendría que haberlo llevado conmigo…
__Lo siento mucho. __Repitió Rooney.
__Lo siento más por ti. ¿Eres Rooney, verdad? Vi una foto tuya en su pieza hace unos meses, cuando fui a visitarlo. Volé desde Alabama hasta Nueva York, sólo para verlo __Rooney recordó. Hace unos meses estaban juntos__ Le pregunté quién era, y me dijo que era su novia. Te quería mucho __Le dijo frotándole la rodilla.
__Yo también.
Unos momentos después, llegó Lucy. Más tarde Trace y George. Abrazaban a Rooney y la reconfortaban. No paraba de llorar. No era justo que todo eso le pasara a William. El corazón de Rooney se paró cuando entró su madre. Sintió el impulso de matarla, ir corriendo y darle un disparo como había hecho el delincuente con Will. Pero no hizo nada. Se quedó mirándola conteniendo una cara de asco y un odio que se acrecentaba cada vez más.
__Sé que la odias. Pero eso no va a solucionar las cosas __Le dijo Trace al oído. Rooney lo abrazó.
La mujer era joven y atractiva. Sus ojos eran verdes y grandes. Su pelo casi rojo. Estaba flaquísima y todo su cuerpo estaba cubierto de pecas. Se acercó a su hijo y le dejó una amapola.
__Sus favoritas __Le dijo a la mujer anciana, cuando se acercó a ella.
Después de unas horas, Rooney se fue a su casa. No quería quedarse a ver lo demás. Esa noche, no se podía dormir. Lloraba y pensaba. Pensaba y volvía a llorar. Estaba tan mal, que su padre le sugirió que no fuera a la escuela el día siguiente.
Rooney no durmió por semanas. Tenía insomnio. Sus notas bajaron. Ya no era la alumna del diez, con buen humor y ganas de trabajar. Hacía las cosas como un robot a cuerdas, y en los ratos libres, lloraba.
Un día, no lo soportó más. Llegó a su casa, y se tiró a la cama, a llorar. La tristeza era el único sentimiento que tenía desde que perdió a William. Lo veía en todas partes. Pensaba en él siempre. Entonces no lo aguantó más. Sacó las tijeras de su cajón y se cortó su largo pelo hasta los hombros. Lo tiñó de negro. No le importaba verse bonita, sólo quería verse fuerte. Agarró un cuaderno y empezó a escribir todos los momentos que había pasado con William. Se durmió abrazada al cuaderno. Y soñó.
No fueron imágenes las que aparecieron en el sueño de Rooney. Sino una voz. Una vez que le traía una ola de recuerdos pelirrojos y risas que le decía; “No me necesitas. No quiero otra cosa si no verte feliz… por favor, déjame partir… por favor”.
Se despertó. Miró su reloj. Se había dormido a las tres de la tarde y eran las cuatro de la mañana. Casi un día dormida. Se calzó sus pantuflas, y se despertó de un salto. Empezó a preparar un desayuno. No sabía por qué, pero por primera vez desde que no tenía más a William no se despertaba llorando.
Empezó a pensar en muchas cosas. Mientras comía pensaba en su sueño, intentaba recordar más cosas pero no lo conseguía. Entonces comprendió; Era él. Él que le pedía que lo dejara descansar en paz.
Esa fue una decisión rapidísima, pero muy fuerte para Rooney. Por primera vez desde que no estaba William, se vio en el espejo, y se empezó a probar distintos peinados. Por primera vez desde que no estaba William saludó a su papá, a su mamá y a su hermano con un beso. Por primera vez desde que no estaba William buscó un lindo bolso donde guardar sus cosas. Por primera vez desde que no estaba William, caminó alegre hacia la parada del autobús. Por primera vez desde que no estaba William estaba viviendo.
Ese día, llegó a la escuela y trató bien a todos. Habló con todos sus amigos, se rió, comió e incluso hizo alguno que otro chiste. Sus compañeros la veían más hermosa que de costumbre, y es más, John la invitó a salir.
Fue un sueño de un solo día, un mensaje divino. Iba a seguir añorando a su amigo en el fondo. Pero que William se halla muerto no quería decir que ella también lo esté. Y para no estar muerta tenía que vivir.

● ● ● ●
Esa noche era el baile anual. Se cambió, se bañó, y se maquilló. Se vistió con el hermoso y elegante vestido violeta que su madre le había comprado. Quería estar linda para John.
La pasó a buscar a las ocho en punto.
__¿Y tus padres? __Le preguntó John en el pórtico de la casa de la chica.
__Están en un torneo de golf __Respondió Rooney__ Estás lindo.
__Estás hermosa. __Replicó sonriendo.
Y salieron de la mano.
● ● ● ●
Las cosas para Lucy no iban de lo mejor. Y todo sucedió cuando volvió de tenis por la tarde. Se bañó y bajó a cenar con su padre y Claudia (su madrastra). Mientras las mucamas servían la comida, se notaba que algo no andaba bien. Su padre quería decirle algo, pero no sabía cómo.
__Hija mía, ¿Cómo va todo?
__Bien.
__¿Y tus amigos?
__Bien.
__Hace mucho que no veo a Rooney por aquí.
__Está ocupada. __Dijo molesta Lucy. Su papá ni siquiera se daba cuenta que ella iba siempre a la casa de Rooney.
__ ¿Y tus otros amigos?
__Bueno… Trace está….
__Ese chico, ese chico no me agrada. No deberías estar cerca de él. __Le dijo su padre moviendo el tenedor de un lado a otro.
__Es mi amigo.
__Sólo te digo lo que veo, mi linda. Parece de poca educación…
__ ¡¿Qué acabas de decir?! __Lucy se estaba poniendo roja de ira.
Su padre nunca hablaba con Lucy, pero aún así supo que la expresión en su cara no era nada buena. Como atrás de la charla venía una petición, decidió cambiar de tema;
__Bueno, vayamos al grano. Claudia y yo te queríamos decir algo.
Lucy resopló. Algo se venía.
__Como sabrás, tanto trabajo me está estresando. Siempre quise darme un respiro y creo que ahora que las cosas están un poco más calmas en la ciudad me lo voy a permitir. Bueno… nos los vamos a permitir...
__¿A qué te refieres?
__¡Nos vamos a Egipto! __Soltó Claudia. La rubia (artificial) era la peor pesadilla de Lucy. Estaba llena de cirugías, usaba ropa cara y con brillos y siempre tenía esos mini perritos que no se sabe para qué rayos los tienen.
__¡¿¿¿¿¿¿¿Qué???????!
Su padre tragó saliva. Odiaba cuando su hija se ponía así. Después de todo a él le gustaba la idea, y no iba a desperdiciar esa oportunidad de descansar.
__Es para tener más tiempo libre. En familia.
__¿A qué familia te refieres? Yo no veo ninguna aquí.
__Lucille, por favor…
__Por favor nada, padre. Estoy cansada.
__Qué dramática. Son tan solo siete días __Le espetó Claudia mientras limaba sus uñas.
__Lucille….
__No padre.
Su papá se cansó.
__¡Basta! Una de las mucamas te ayudará a hacer tus bolsos. Mañana mismo partimos ¡Y no quiero oír ni una palabra más!
Lucy se levantó con furia de la mesa. Subió las enormes escaleras caracol y se encerró en su cuarto. Comenzó a llorar y llamó a Rooney. No estaba en su casa. Llamó a Trace.
__¿Hola?
__Trace, voy a morir __Le dijo llorando __No voy a verlos más, y me voy a morir….
__¿Lucy? ¿Pasó algo? ¿Te sentís bien? ¿Hay alguien ahí? __Trace estaba cada vez más preocupado.
__No, me voy a ir para siempre…
__Ya voy para tu casa. No hagas nada.
Y a los diez minutos, Lucy bajó a recibir a su amigo, que venía en su skate. Lo abrazó.
__¿Qué pasa?...
__Me voy a ir a vivir a Egipto…
__¿Qué???? ¿¡Pero es definitivo!?
__No, es por siete días…
__Ha… entonces no es tanto __Trace suspiró. Se esperaba algo peor.
__Sí, pero me voy a tener que aguantar a Paris Hilton dos, todo el viaje __Así apodaron a la madrastra de Lucy. Era una réplica de Paris Hilton con cuarenta años encima.
Trace rió.
__Lu, no es tanto. Son solo veinte días. En los que te voy a extrañar como nunca…
Lucy sonrió. Amaba estar con Trace cuando se ponía romántico. Era cosa que no pasaba casi nunca, en los últimos tiempos, porque hacía mucho que no estaban juntos a solas. De hecho, Lucy empezaba a añorar esos momentos privados con Trace…
Se dieron un beso largo.
__Hasta mañana.
__Nos vemos __Le dijo Lucy cerrando la puerta.
Fue hasta el living. Su padre estaba leyendo el periódico, y a su lado estaba Claudia, hablándole a su perrito.
Se acercó a su padre, y le dijo al oído.
__Sabes, aunque no te agrade Trace, tengo buenas nuevas para ti. Es mi novio.
Y se fue riendo a viva voz a su cuarto, dejando a su padre y a Claudia con la boca abierta, quienes comenzaban a creer que definitivamente, la niña estaba comenzando a perder la cabeza.
● ● ● ●

Al día siguiente, que era sábado, Lucy invitó a todos los chicos a su casa. Estaban decididos a algo: antes de que Lucy se fuera, tenían que resolver un misterio. Y ese misterio era el de Rosi, que parecía involucrarse en cosas raras. Pero para eso, necesitaban saber qué había presenciado Lucy desde el baño, ese día. Después de todo, nunca les había contado que fue lo que de verdad había pasado ese día, y había sido hace tres meses.
__Bueno, les cuento. A Ron le había contado algo, pero en fin, creo que es tiempo de contar la historia entera. Cuando me quedé en el baño, entré a la cabina, y sentí venía alguien. Ese alguien era Rosi, hablando con un sujeto extraño. Hablaban del impacto, el día, y nombres claves como “Líder 3” “Rapiña de ocho” y otros. Salí del baño, y apenas me vieron me amenazaron. Que no dijera nada, o iban a matarme a mí y a mi padre. Más no recuerdo, asique…
Se quedaron en silencio.
__Raro __Intuyó George.
__Lo que más me llama la atención es que te haya amenazado __Pensaba en voz alta Trace __Lu, estás segura de que era ella…
__Segurísima.
__Confirmado __Soltó John golpeando en un ataque de euforia la mesa__ Es narcotraficante.
__Pero.. ¿¡¿Qué estás diciendo?!? __Le espetó Rooney __Vamos chicos, es Rosi… puede estar metida en algo raro, pero la conocemos…
__Piensa, Ron, jamás la integramos. Siempre nos persiguió y nunca le dimos bolilla. Puede que nos tenga bronca por algo…
__Eso es ridículo, Lucy __Continuaba Rooney __No creo, bajo ninguna circunstancia, que eso pueda ser verdad…
__Bueno, basta __Se hartó George__ Lo que tenemos que hacer es buscar una solución al problema. Hay que averiguar en qué anda metida Rosi. ¿Pero cómo?
__Yo digo que vallamos y le preguntemos de frente, personalmente __Dijo Trace.
__¿¡¡¡¡¡Qué!!!!!? ¡Estás loco! __Lucy y Rooney no estaban de acuerdo.
__No le veo el problema __Trace estaba tan relajado como siempre.
__Apoyo a mi pequeño amigo rastafari __Dijo John con aires poéticos___ Que como siempre, tiene la razón ante las necias mentes cerradas…
__Ni loca le digo yo __Replicó Lucy indignada, volteando para encontrar algo de apoyo en su amiga. Pero Rooney estaba cambiando de opinión.
__Tal vez tenga razón, Lucy __Dijo la chica pensativa __Piénsalo: mencióname una vez que alguna de nuestras investigaciones haya funcionado. Tan solo una. Deberíamos dejar de buscar la verdad por otros medios, y enfrentarla de una vez por todas.
__Muy bien, tal vez sí. Pero volvemos a lo mismo… ¿Quién le pregunta?
En ese momento se abrió la puerta y entró el mayordomo.
__Miss Lucille, su padre quiere hablar con usted ahora mismo.
__¿Ahora? Pero justo ahora estábamos…
__Es urgente.
__Bueno, ahí va.
Lucy se paró y les dijo a sus amigos:
__Sigan hablando. Yo ya vuelvo.
__Pero Lu, es ahora o nunca.
__Háganlo sin mí. Parece que soy una molestia.
Cerró de un portazo, y cuando se fue se quedaron en silencio.
__¿Alguien tiene idea de qué le pasa? __Preguntó John mirando a los chicos.
Los chicos voltearon hacia Trace, que se hallaba en la otra punta de la habitación.
__Está un poco cansada. Eso es todo.
Trace miraba fijo la ventana que daba al jardín de Lucy, como si allí llegara a encontrar respuestas a todos los interrogantes que infestaban su cabeza. La verdad es que ni él sabía por qué Lucy era así. Pero suponía que era por muchas cosas; porque se tenía que ir por veinte días, porque no tenía a su mamá, porque su papá estaba todo el día con Claudia…. Todo eso generaba rabia en Lu. Y como no tenía en quien descargarla, a veces, ellos debían lidiar con la bronca de su amiga.
Ese día, se fue pensativo a su casa. Bueno, todos se fueron porque Lucy pasó mucho tiempo dentro del despacho de su padre, tanto, que el mayordomo les sugirió que se fueran. Le hicieron caso, ya que la verdad no tenían ningún interés en quedarse allí. La tarde había sido un fracaso.
Ese fue el último día que vieron a Lucy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario